¿Conoces las dos ordenanzas de Cristo a la iglesia?
Por tanto,
id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mt. 28:19-20
Y tomó el
pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por
vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que
hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,
que por vosotros se derrama. Lc. 22:19-20
La primera
ordenanza se trata del bautismo, del griego baptízo, que significa
sumergirse, inmersión. Este termino era utilizado en las telas al momento de teñirlas,
para incorporarles el color. De la misma manera, el creyente se incorpora al
cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. El bautismo en agua no salva, el único que
salva es Dios, sin embargo, el bautismo es una demostración externa, a la congregación
principalmente, de una conversión que ha sucedido en el interior del creyente.
Por ejemplo, el bautismo de Juan “el bautista” simbolizaba el arrepentimiento
al pecado y el volverse a Dios (Mt. 3:16). El bautismo, es una afirmación
pública de la identificación del creyente con Cristo y su unión a Él en su
muerte, su sepultura y resurrección.
La segunda
ordenanza que se observa es la Santa Cena, o la Cena del Señor. Esta ordenanza,
a diferencia del bautismo que se realiza una sola vez después de la conversión,
la Santa Cena debe celebrarse continuamente a lo largo de la vida cristiana. La
Biblia no menciona con qué frecuencia debe realizarse.
Los
creyentes deben examinarse continuamente, buscar la santidad en todo momento,
como se menciona en 1 P.1:15-17
“sino, como
aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera
de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis
por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno,
conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;”
La
celebración de la Santa Cena es una oportunidad para examinar cuidadosamente los
corazones de los creyentes, confesarse delante del Señor y arrepentirse de sus
pecados.
Tradicionalmente
existen siete sacramentos: el bautismo, la confirmación, la sagrada comunión, la
confesión, el matrimonio, las santas órdenes, y la administración de los santos
óleos y son necesarios para la salvación, pero esto no es lo que dice en la Biblia.
Hay tres filtros que ayudan a establecer cuáles fueron las ordenanzas, o
ceremonias públicas que dejó nuestro Señor Jesucristo: que hayan sido
instituidas por Cristo, que hayan sido enseñadas por los apóstoles, y que hayan
sido practicadas por la iglesia primitiva.
Referencias
Macarthur, J., &
Mayhue, R. (2018). Teología Sistemática. Grand Rapids: Portavoz.
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