¿Por qué son necesarios los idiomas bíblicos en la enseñanza de la Palabra de Dios?



Estudiar es una actividad que requiere tiempo, esfuerzo y disciplina. Para un pastor se entiende que estudiar, requiere de comprimir sus actividades para tener disponible un tiempo, pero si ahora, la pregunta es, ¿Por qué es necesario los idiomas bíblicos en la enseñanza de la Palabra de Dios?, ¿qué acaso no es suficiente con los comentarios bíblicos?

Contestemos esta pregunta.

El Antiguo Testamento se escribió en hebreo y el Nuevo Testamento en griego, ambos inspirados por Dios, por ello, en toda controversia se debe acudir a los originales, son la palabra final en cuestiones de fe y práctica (Macarthur & Mayhue, 2018).

Al momento de hacer exegesis, que es el proceso de interpretar un pasaje de la Biblia (Grudem, 2007), buscamos su interpretación con base en su contexto histórico gramatical, por lo que se requiere hacerlo en sus idiomas originales, de esta manera su significado será más rico de lo que podíamos imaginar.

Dios ha preservado su Palabra, cuando la leemos quedamos admirados, pero al estudiarla en sus idiomas originales podemos comprender aún mayor su significado. Las variaciones de las traducciones son insignificantes o fáciles de resolver, por ejemplo, durante siglos se han realizado miles de copias y de traducciones de la Biblia, los cuales han introducido ciertos errores; sin embargo, hoy tenemos muchos manuscritos antiguos del Antiguo y del Nuevo Testamento que permiten reconstruir en contenido de los escritos originales, como lo mencionan los autores del libro Teología Sistemática (Macarthur & Mayhue, 2018)

El estudio riguroso de los idiomas originales permitió la revelación especial de la trinidad, Martin Lutero lo expresó de esta manera: “La Escritura demuestra así, claramente, que existen tres personas y un solo Dios. Porque yo no creería ni en los escritos de san Agustín ni a los maestros de la iglesia, a menos que el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento mostrarán con claridad esta doctrina de la Trinidad” (Althaus, 1966).

Los animamos a continuar el estudio diligente de la Palabra de Dios.

 

Bibliografía

Althaus, P. (1966). The Theology of Martin Luther. Filadelfia: Fortress.

Grudem, W. (2007). Teología Sistemática. Miami, Florida: Vida.

Macarthur, J., & Mayhue, R. (2018). Teología Sistemática. Grand Rapids: Portavoz.

 

 


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